Los espacios de prueba o "sandboxes": oportunidad para la innovación financiera
Las ‘cajas de arena’ en su sentido tradicional sirven para colocar juegos donde los niños pueden correr y saltar sin temor a lastimarse, ya que el suelo de arena es más suave que un suelo de concreto. En el sector de negocios, se aplica una lógica similar.
Los “sandboxes” –por su nombre en inglés- sirven como espacios de prueba y desarrollo, donde se gestan y se testean ideas innovadoras que puedan crecer como negocios sostenibles y prósperos, bajo la supervisión de entes reguladores que ayudan a medir los riesgos. Es un espacio para proteger a los emprendedores mientras están en el proceso de gestar sus negocios.
En Latinoamérica este concepto ya dejó de ser ajeno, sobre todo si hablamos del sector financiero, donde la innovación tecnológica no solo se ha hecho más presente, sino también más demandada, casi siempre a través de las Fintech.
Los últimos 15 meses, marcados por la pandemia del COVID-19, sin duda han jugado un papel fundamental en la transformación digital y han visibilizado la urgencia de acelerarla, sobre todo en el continente latinoamericano. Las personas buscan nuevas alternativas a las operaciones presenciales o que involucren menos manejo de dinero en efectivo y, sobre todo, mayor libertad.
¿Cómo funcionan?
Buscando probar ideas y regular los riesgos a los que se pueden exponer, en muchos países muchos reguladores han implementado el mecanismo conocido como “sandbox regulatorio”, que no es más que marco que permite a las empresas emergentes e innovadoras desarrollar experimentos, todo bajo la mirada de un supervisor.
Este mecanismo es, sin duda, algo que permite explorar nuevas ideas, aplicaciones, proyectos y más, pero en un ambiente “seguro”, donde se miden los riesgos y las oportunidades que traen las innovaciones, permitiendo que muchas de ellas se apliquen de manera rápida.
¿En qué países se está aplicando?
Los tres ejemplos que abordaremos se tratan de Colombia, Perú y México. Estos tres países están implementando espacios de prueba para la innovación financiera o “sandboxes”, impulsando cada vez más este tipo de regulaciones.
En México la dinámica es la siguiente: a través de un “régimen de modelos novedosos” (su forma de “sandbox”), los emprendedores pueden realizar sus actividades por un tiempo determinado, pero deben cumplir con dos requisitos. Primero, debe ser considerada una actividad innovadora, y segundo, para poder realizar esa actividad, se necesite una excepción a las regulaciones aplicables. El tiempo que podrán desempeñar la actividad es de dos años como máximo y adicionalmente, pueden solicitar una prórroga de un año más.
En Colombia la situación es un poco distinta. En 2018 la Superintendencia Financiera de Colombia dio un paso adelante y fundó la “arenera” (traducción literal de ‘sandbox’); adicionalmente, en 2020 el Ministerio de Hacienda creó el “sandbox regulatorio”. Pero, ¿cuál es la diferencia entre estas dos figuras?
En la primera, hay una mayor participación del supervisor, ya que es quien se encarga de aconsejar a los emprendedores para que se ajusten las políticas y directrices del producto con el objetivo de reducir los riesgos, debido a esto, no necesitan una licencia para operar. En el segundo caso, en cambio, sí se requiere una licencia temporal, y con esta las entidades podrán ensayar los desarrollos de manera formal y ofrecerlos por un determinado periodo de tiempo, además, podrán probar incluso actividades que no sean propias de su licencia.
Por último, en Perú lo que se hizo fue modificar la Ley General del Sistema Financiero, de manera que la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS) pudiera dar mayor flexibilidad a algunas exigencias regulatorias, de manera que modelos novedosos (nuevas propuestas) puedan realizarse de manera temporal. Es decir, facilitando la innovación financiera.
Además, se publicó el proyecto “Reglamento para la realización temporal de actividades en modelos novedosos”, el cual da mayor claridad a las regulaciones a las que están sujetos estos espacios novedosos, establece los diferentes regímenes para la realización de pruebas, entre otros puntos relevantes para el modelo.
Definitivamente, la creación de estos espacios presenta muchas oportunidades no solo para las empresas sino también para el mercado. La idea de implementar entornos donde las empresas prueben sus innovaciones y su viabilidad antes de realizar alguna inversión es beneficiosa para el sector y por supuesto, también para los clientes, quienes cada vez más podrán acceder a nuevas soluciones de calidad.
Redacción MidPoint
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