¿Es posible que en Perú se instaure el bitcoin como nueva moneda oficial?
¿Te imaginas que el sol peruano sea reemplazado por una criptomoneda como el bitcoin?
Aunque no lo creas, esto ha sido realizado ya en otro país. El Salvador fue el primer país en incluir el bitcoin como la moneda de curso legal, junto con el dólar americano. Pero, ¿será posible que eso también suceda en Perú? ¿Es recomendable?
Sin duda, son muchas las preguntas que surgen cuando pensamos en esa posibilidad. Lo cierto es que la tecnología ha permitido la nueva creación de productos crediticios, mayor facilidad en pagos, reducción de costos y hasta una mayor inclusión financiera. Pero si se habla de cambiar la moneda de curso legal por una criptodivisa, definitivamente estamos refiriéndonos a un reto mucho mayor, no solo a nivel de estructuras sino también de riesgos.
¿Qué significa adquirir una nueva moneda oficial?
Todos los países tienen una moneda oficial. En esta se expresan todos los valores: los sueldos a pagar, los precios, las obligaciones fiscales, impuestos, entre otros. Entonces, si se denomina una nueva moneda, los negocios deben aceptarla como medio de pago, tan igual como aceptan la moneda actual.
Muchos países suelen tener dos monedas oficiales, principalmente aquellos que dolarizaron su economía. En el caso de El Salvador, por ejemplo, al tener al bitcoin como moneda de curso legal desde 2021, todas las operaciones se deben expresar tanto en dólares como en bitcoins.
¿Cuáles son los principales desafíos?
Si bien las criptomonedas pueden representar operaciones más baratas, menores costos en la producción de billetes y monedas, y hasta más accesos, también representan un nivel de riesgo bastante elevado, lo que puede hacer que la economía de un país se vea afectada.
Algunos de los principales retos que presenta la decisión de adoptar una criptomoneda como la moneda oficial de un país son los siguientes:
1. Inestabilidad de la moneda
Uno de los puntos clave es la volatilidad de las criptodivisas. Por tomar un ejemplo, el bitcoin puede mantenerse en crecimiento durante varias semanas y de pronto, desplomarse y perder valor. Esto mismo sucedió en abril de este año, donde alcanzó un máximo de 65 mil dólares, para después caer a menos de la mitad de su valor.
2. Costos de implementación
Existen costos asociados con la implementación del pago en criptodivisas, ya que, al no utilizar monedas o billetes tradicionales o las nuevas aplicaciones para pagos, es necesario adoptar nuevas tecnologías para gestionarlo. Esto es una desventaja especialmente para un país como el Perú, donde la mayoría de los pequeños negocios no están digitalizados y a diario todavía se realizan muchísimas operaciones usando efectivo.
3. Brechas en educación tecnológica
Si bien hay un desafío muy grande para la inclusión financiera, también lo hay en educación tecnológica. Sin duda, uno de los desafíos más grandes al adquirir tener una criptomoneda como nueva moneda oficial es la educación y capacitación de las familias, para lograr que se familiaricen con el nuevo criptoactivo, entiendan cómo funciona, cómo usarlo y qué significa.
En países donde el uso de la tecnología está más avanzado, quizás podría representar un desafío no tan grande; sin embargo, al considerar el contexto sudamericano es inevitable concluir que eso se presenta como una tarea titánica.
4. Riesgo para la integridad financiera
Todos los países deben tener un estricto control para combatir el lavado de dinero, la evasión de impuestos y el financiamiento del terrorismo. Al tener una criptodivisa como moneda nacional, es mucho más complicado realizar ese seguimiento, debido a que permite realizar transacciones de forma anónima, lo que pone en riesgo el balance fiscal del país y, en general, todo el sistema financiero.
Pero más allá de los retos, a ojos de los analistas, la situación es bastante complicada, ya que antes de aceptar algún criptoactivo, muchos países estarían más dispuestos a adoptar alguna otra moneda con mayor estabilidad y usadas como reserva a nivel internacional, como lo son el euro, el dólar o el yen japonés.
Redacción MidPoint
Commentaires